
Así como leyeron, así tal cual lo dijo. Johan Arango, uno de los jugadores más polémicos de la última década en Colombia, con cualquier cantidad de inconvenientes en su palmarés, hoy considera que tiene las condiciones necesarias para integrar la Selección Colombia.
¿Por qué lo dice? El delantero vallecaucano está convencido que tendrá un segundo o un tercer aire en su dilatada carrera, ahora que viste la camiseta del naciente Deportivo Binacional peruano.
“Estoy viviendo un gran momento en mi carrera… Yo ahora estoy mentalizado, sé que cuando pase esto del Covid-19 vamos a retomar trabajos, jugar la Libertadores y ese va a ser mi puente para irme otra vez”, expresó el atacante en entrevista para Win Sports.
Aseguró que “ya los tiempos de locura pasaron atrás” y contó que por ahora disfruta de su familia, “viendo crecer la barriga de mi esposa”.
El ex-América, Once Caldas, Medellín, Santa Fe, Pasto, entre otros, no duda un solo segundo en que aún está a tiempo para brillar a nivel internacional:
“Uno madura, gracias a Dios no fue tan tarde, tengo 29 añitos. Sé que todavía puedo estar en una liga mejor, poder ir a la Selección, esa es mi mentalidad ahora. Aportarle mucho al fútbol colombiano y a mi selección. Ir afuera y cumplir mis sueños, yo sé que estoy a tiempo y espero poder lograrlo”.

Tan entusiasmado está que ni siquiera se imagina regresando a la liga colombiana para retomar el camino: “Ahora quiero dar el salto al otro lado, y ya llegar mayor a Colombia a finalizar mi carrera”.
Puede que sus respuestas suenen un poco salidas de contexto, porque reiteramos, hablamos de Johan Arango, un controvertido jugador al que tal vez, pocos equipos en el país hoy quisieran tener. Su fútbol siempre fue para destacar, pero lo echó a perder con varios aspectos.
¿Cómo espera que Carlos Queiroz lo tenga en cuenta? Esto contestó:
“Llegando a un mejor equipo, más top. Creería que sí sería llamado porque por condiciones, yo creo que me da para jugar en la selección y en cualquier lado”.
Su camino siempre ha estado cargado de críticas y juicios, pero él no se esconde ante sus equivocaciones: “Yo sé que el pasado no perdona, pero uno tiene que afrontar sus hechos, las consecuencias de lo que hizo. Yo siempre afronté y ahora soy un hombre más maduro, pero sigo siendo el niño soñador de mis cosas, del fútbol”.
Y aunque no esquiva la culpa por hoy no estar donde quería de pequeño, sí recuerda que en su juventud tuvo muchas manos que lo tiraron para atrás: “Mi entorno, la calle, todo lo que viví, me hacía estancar un poco mis sueños porque hacía cosas que no debía… Uno lo lamenta, en ese momento no lo pensaba así, estaba en la juventud y pensaba en disfrutar las cosas como llegaban. No pensaba en el futuro, en lo que va a pasar”.
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