
Indignación mundial ha causado en redes sociales la caza de un elefante tusker, uno de los más grandes de África y que está en vía de extinción.
El hecho sucedió puntualmente en Botsuana, un país reconocido mundialmente por albergar esta raza de elefantes, que es muy atractiva para los cazadores por su carne y sus colmillos.
El cazador profesional Leon Kachelhoffer pagó 50 mil dólares, lo que serían 192 millones de pesos colombianos, para poder participar de una caza organizada por las autoridades de ese país.
Siento tanta indignación por el asesinato del elefante tusker en #Botswana.
— r u t h (@laviejarocola) April 22, 2022
Me cuesta excesivamente entender qué pasa por la mente y por el corazón de una persona que comete semejante atrocidad contra una criatura inocente y tan digna de vivir como cualquier otro ser vivo. (+) pic.twitter.com/PVKoS8pFFw
En dicha actividad, este hombre logró dispararle al elefante de 50 años, cuyos colmillos pesaron 91 kilogramos de marfil, y con un solo tiro le quitó la vida.

A través de redes sociales y de un podcast, el cazador manifestó que le había causado sorpresa el rechazo a este hecho: “Esa no era una de las cosas en las que estaba pensando. Estar en condiciones de cazar un toro como ese es un privilegio increíble”, dijo entre risas el cazador.
A raíz de este caso, se ha desarrollado un debate mundial sobre la cacería de este tipo de especies.
Es importante mencionar que el actual presidente de Botsuana tumbó un decreto que había dejado el anterior Gobierno, prohibiendo la caza, y ahora esta actividad es legal allá.
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De hecho Debbie Peake, vocero de la industria de la caza, salió al paso en el debate argumentando que “los ingresos y la carne de la caza marcarán una gran diferencia para la comunidad”.
El problema es que, aunque en esa zona se estima que haya unos 130 mil elefantes, solo serían 40 los de tamaño grande en la raza tusker y el que cazó Leon Kachelhoffer era el de colmillos más grandes.
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