“Todo lo que es mi familia se lo debemos a esta empresa”

A Doralba Elena Sánchez Sánchez todavía hay días en que le da lidia madrugar. Lleva haciéndolo durante 24 años para estar cumplida a las 6:00 […]

Doralba trabaja en familia, no solo porque allí labora su esposo y su hija, sino por el cariño que le brinda todo el personal de la Compañia de Empaques. /FOTO: EDWIN BUSTAMANTE.

A Doralba Elena Sánchez Sánchez todavía hay días en que le da lidia madrugar. Lleva haciéndolo durante 24 años para estar cumplida a las 6:00 a.m. e iniciar su turno en la Compañía de Empaques, pero aún con la costumbre, le cuesta.

A ella y a su esposo Adolfo Vélez, quien también labora en la misma empresa desde hace 20 años, y con el que va y viene desde su casa en el municipio de Caldas hasta la sede en Itagüí.

Le cuesta pero lo hace con mucho cariño, pues siente a la compañía como su familia. Y tiene motivos para decirlo: no solo por la calidez que le manifiestan todos los colaboradores en el día a día, sino porque además de su esposo, su hija Alejandra también trabaja allí, y durante casi nueve años su hermana Inés, quien la recomendó, fue su compañera en las labores de aseo.

Sus comienzos

Doralba, caldense de nacimiento (tiene 54 años), le preguntó algún día a Inés que si en la Compañía de Empaques no estarían recibiendo hojas de vida. “¿Quiere trabajar allá?”, le respondió su hermana.

Ese fue el comienzo de una relación laboral que se extendió por 10 años, hasta que Inés salió pensionada por invalidez (dificultades en su visión). Juntas hacían aseo en las instalaciones de la empresa y en el restaurante, donde se encargaban de lavar platos y cubiertos.

Ha rotado por casi todas las áreas de la compañía: presidencia, ventas, producción, el restaurante, y en todas ha recibido cariño por igual. Su turno inicia a las 6:00 de la mañana y termina a las 4:00 de la tarde, lo cual le permite tener tiempo libre para visitar a su familia, a su mamá Lucila y a sus hermanos, su pasatiempo preferido cuando está en Caldas.

Un nido familiar

Un día en que la situación económica se puso difícil, su esposo Adolfo comenzó a buscar opciones de trabajo fijo ya que era independiente y las labores escaseaban. En la Compañía de Empaques no tuvieron inconveniente en reclutarlo y hoy es operario en la planta de fique.
Luego fue su hija, Alejandra, quien llegó a la empresa, también como operaria de costales de fibra.

Los 3 coinciden desde hace nueve años, aunque por la diferencia en los horarios de sus turnos, no siempre se pueden ver ni viajar juntos. “Vivimos felices acá, todo lo que somos se lo debemos a esta compañía”.

“Nos han ayudado mucho”

Doralba resalta el apoyo que su familia ha recibido de la Compañía de Empaques, en especial con su hermana Inés, quien perdió la visión y estuvo 9 meses incapacitada, tiempo en el que siguió recibiendo su salario hasta que le salió la pensión. “Nunca le faltó nada, le ayudaron demasiado”, resalta.

Tal es el cariño que le tienen en la empresa que una de sus mayores alegrías personales las ha vivido en sus instalaciones: fue durante la celebración de sus 50 años.

“Me sorprendieron con una fiesta, organizaron la capilla como si fuera un salón, me la llenaron de bombas y manteles, me ofrecieron un desayuno, vinieron todos, hasta las hijas del dueño. Eso fue inolvidable, muy gratificante y me hicieron sentir muy feliz, como si fueran mi familia, pues en realidad pasamos más tiempo acá que en la casa”, expresa.

Doralba entiende que su labor es muy importante y valiosa, y así se lo hacen saber los demás, por eso la reconocen y le manifiestan su cariño cada que pueden.

Recibimos postulaciones

Así como la historia de Doralba, que es nuestra cuarta protagonista, en Q’HUBO queremos que salgan tesos de todas las empresas. Si usted quiere postular un colaborador de su empresa, no lo dude: acá le recibimos todos los datos. Nos puede mandar un correo electrónico con el nombre, la empresa y el número de contacto. Lo puede hacer a rodrigo.morales@qhubo.com.

Sebastián Aguirre.