¿Qué tal ser el jefe de unos robots?

Alexánder Otálvaro tiene una tarea que no muchos suelen contar: es el jefe de cinco robots, además de tres prensas hidráulicas y un equipo humano […]

Alexánder Otálvaro es feliz en Socoda... y en el oriente antioqueño, donde la empresa tiene su sede. /FOTO: CAMILO SUÁREZ.

Alexánder Otálvaro tiene una tarea que no muchos suelen contar: es el jefe de cinco robots, además de tres prensas hidráulicas y un equipo humano conformado por un auxiliar y dos operarios que se encargan del manejo de la línea automática de producción en Socoda.

Quizá la imaginación nos tiente a pensar en unos robots autónomos, cual Robocop, pero la realidad es que son máquinas programadas para hacer las tareas que Alexánder les indique en el proceso de fabricación de cocinas, lavaplatos y otros productos similares que elabora esta compañía.
Una exigencia que hace divertida la labor de quien nació en Támesis hace 39 años, hijo de Francisco y Martha, habitante de Guarne desde hace cinco años.

Un comienzo con dificultades

Alexánder nació en Támesis, pero su niñez y parte de la adolescencia las vivió en Jericó, municipio al que se trasladaron sus padres y sus hermanos Elkin y Andrea, con quienes se mudó hacia Medellín una vez se graduó del colegio.

Su arribo a esta capital no fue fácil. Durante dos años estuvo buscando trabajo, pero no tuvo suerte. Gracias a su hermano Elkin tuvo el sustento para sostenerse en ese tiempo, hasta que por fin consiguió empleo como vendedor en una joyería del centro de la ciudad.

Posteriormente se vinculó en una aerolínea para atender en el mostrador, y luego de cinco años allí firmó contrato con Socoda para ingresar como operario de pulido. Allí duró poco tiempo y pasó al áreas de prensas hidráulicas, donde se desempeñó como auxiliar recibiendo las láminas que se deformaban para la elaboración de los lavaplatos.

Su buen rendimiento le sirvió para ser ascendido como operario principal, el cargo que hoy ostenta y donde tiene una responsabilidad mayor al tener que responder por toda una línea de producción junto a sus compañeros… y sus robots. Estos se encargan de manipular la materia prima en la etapa de producción.

Para conocerlos, Alexánder se capacitó junto a los fabricantes de las máquinas, unos italianos a los que medio les entendía cuando se expresaban, aunque no fue tan difícil.

Un líder positivo

/FOTOS: CAMILO SUÁREZ.

Alexánder cree que la empresa confía en él por el liderazgo con su equipo y porque contagia a todos para que la producción avance, y que cuando algo falle se generen acciones de mejora con soluciones efectivas.

Su casa, su sueño

Alexánder vive en Guarne junto a sus papás Francisco y Martha, quienes se vinieron de Jericó hace unos nueve años. Gracias a su trabajo ha podido mantener su hogar, “sin deudas y con mis gastos personales al orden del día”, y ahora está en la brega por un sueño de toda la vida: su casa propia.

Él espera que en 2021 esto pueda hacerse realidad, por lo pronto la empresa ya le ayudó a postularse a uno de los subsidios de vivienda de Comfama, y anhela que el año entrante las gestiones finalicen como él espera.

Es un enamorado del Oriente antioqueño, donde Socoda tiene su sede. Le encanta el ambiente tranquilo que le ofrece esta región, y por eso baja poco a Medellín, solo para cosas necesarias y urgentes.

Sus fines de semana son para el fútbol junto a los amigos. No se pierde cuanto torneo recreativo organicen cerca a su casa, y el resto del tiempo se los dedica a sus padres.

Esa forma tranquila en que vive es una extensión del ambiente que siente al trabajar en Socoda, “una empresa buena, que mientras uno quiera y haga las cosas bien, se puede quedar el tiempo que desee, donde el trato es muy bueno y nos motivan permanentemente”, cierra Alexánder.

“Nunca es tarde para estudiar”

Además de su casa propia, uno de los anhelos de Alexánder es estudiar Ingeniería de Producción, como complemento a su grado de bachiller. Con esto quisiera poder escalar más en la empresa y llegar algún día a un cargo administrativo.

Para eso piensa aprovechar los auxilios de estudio que le ofrecen en Socoda, además de los permisos que les otorgan para poder combinarlo con sus obligaciones laborales.

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