En medio de disparos de toda clase de armas de fuego y una concurrida ceremonia que desafió todos los protocolos de la cuarentena obligatoria por la pandemia del coronavirus, fue sepultado en la tarde de este martes Édgar Pérez Hernández, alias El Oso, de 50 años de edad, cabecilla de la banda de delincuentes El Mesa Niquía- Camacol, de Bello.
El Oso murió víctima de un infarto en la ciudad de Ibagué, cuando era llevado a la cárcel Picaleña, de la capital del Tolima, luego de ser trasladado de la de máxima seguridad de Itagüí, en el sur del Valle de Aburrá.
Un juez de Medellín le había dictado medida de aseguramiento intramural mientras era investigado por los delitos de concierto para delinquir agravado, desplazamiento forzado y extorsión.
Su captura se produjo el pasado diciembre 8 de diciembre en una casa del sector de Niquía Camacol, en Bello.
Era señalado de liderar la banda Niquia-Camacol, que en alianza con la de El Mesa, sostiene desde hace un año una confrontación a muerte por el poder contra la organización delincuencial Pachelly, la cual ha dejado numerosas muertes y desapariciones.
El cortejo con el féretro de El Oso desfiló muy concurrido y ruidoso, por las principales vías de Niquía y Camacol hasta que llegó al cementerio San Andrés, de Bello, donde inhumaron el cadáver.